Kaizen

Parece una creencia comúnmente aceptada que un individuo excepcional alcanza resultados extraordinarios. Es decir, pudiéramos pensar que la gente normal hace pequeñas mejoras a la espera de que la gente extraordinaria haga mejoras extraordinarias. Sin embargo, nosotros creemos que la innovación no es el resultado de un hecho aislado extraordinario o inspirador. Pensamos que cualquier innovación es el producto de miles de experimentos, miles de ciclos de mejora y aprendizaje, que se precedieron y se sucedieron.

Estamos convencidos del potencial de mejora del colectivo alineado, que no alienado. Alineado en su forma de pensar, alineado en su mentalidad.

Por ello resulta fundamental desarrollar a las personas en la dirección adecuada. Pero ¿cuál es la dirección adecuada? Nosotros creemos que la dirección adecuada es el KAIZEN. Es un deber del ser humano enseñar a medida que aprende.

¿Enseñar qué? Una mentalidad.

¿qué tipo de mentalidad? Una mentalidad KAIZEN.

Hacemos nuestra la interpretación más profunda del KAIZEN, que a nuestro entender consiste en que el cambio empieza por uno mismo y requiere sacrificio.

El cambio que persigue esta mentalidad KAIZEN debe ser a mejor, pero a mejor para el proceso y para el cliente, no para uno mismo. Debe ir dirigido a reducir el tiempo del proceso, es decir, la distancia que nos separa del cliente y a adaptar constantemente tanto el proceso como el producto o servicio a las cambiantes necesidades de aportación de valor.

Debe ir dirigido por tanto a perseguir la estrategia ganadora, a saber, aumentar el valor para el cliente de forma consistente y sostenida en el tiempo.

Esta mentalidad KAIZEN sólo podrá arraigar en una organización a través de una serie de prácticas continuadas que fomentan en las personas el hábito de cambiar las cosas “para mejor”

Las organizaciones con una mentalidad KAIZEN consiguen hacer cosas extraordinarias con gente normal