EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN: CLAVE PARA DESARROLLAR ORGANIZACIONES CON ALTA DENSIDAD DE TALENTO
ELEMENTOS ESENCIALES PARA ATRAER Y FIDELIZAR A LOS MEJORES PROFESIONALES.
«Las empresas que perduran no son aquellas que se adaptan al cambio, sino las que lo generan.»
– Gary Hamel
Muchos consejos de administración se enfocan en tareas como la supervisión, el análisis de datos financieros, la gestión de riesgos y el reparto de dividendos. Sin embargo, su función esencial radica en la toma de decisiones estratégicas. Estas decisiones se agrupan en tres ámbitos clave: la aspiración de la empresa (propósito, visión y valores), el negocio (productos/servicios, clientes/mercados, propuesta de valor) y la gestión (personas y capacidades, recursos y alianzas, procesos).
Decisiones que implican compromisos con la acción, los cuales solo tendrán éxito si la organización está preparada para la ejecución eficaz y si las personas responsables de su implementación actúan con compromiso, audacia y colaboración.
Son decisiones que no solo definen el estilo de liderazgo del consejo, sino que también moldean los comportamientos y la cultura de la empresa además de influir en cómo la organización afrontará uno de sus mayores desafíos: la atracción y retención de talento.
Tener el mejor talento y la organización adecuada es un aspecto esencial para mantener la competitividad y fomentar la innovación y, sin embargo, en 2023 el 83% de las empresas tuvieron dificultades para cubrir sus vacantes. En paralelo, el compromiso de las plantillas con la empresa disminuye, llegando a un 54% de personas abiertas a cambiar de trabajo, un 10% en búsqueda activa. Además, menos de un 40% de las personas empleadas piensa que la alta dirección se interesa por su bienestar, se comunica de forma clara y honesta, explica las decisiones de negocio o trata de ser accesible y visible.
Con esta situación, ¿Cómo consigue la empresa atraer y retener a los mejores profesionales? ¿Por qué algunas empresas logran superar este reto mientras otras se quedan atrapadas en la fuga de talento y dificultades para atraerlo?
Como siempre digo, el equipo que construyes es la empresa que construyes. Es ahí donde impacta el liderazgo del consejo, asegurando la creación de una cultura y la construcción de una organización ágil, innovadora y estratégica. Una organización que adapte su modelo de negocio y gestión para responder a los múltiples retos que enfrenta, y que evolucione al ritmo del mundo que la rodea. De lo contrario, el fin lo verá cerca.
Para lograrlo, es crucial atraer, desarrollar y retener al mejor talento, aquel capaz de hacer realidad la estrategia. Se requiere formar equipos del tamaño adecuado, integrados por personas talentosas, comprometidas y con capacidad de decisión. Equipos con alta densidad de talento, capaces de decidir con visión estratégica y actuar con agilidad y eficacia.
Existen tres elementos clave que fomentan el compromiso de las personas con el proyecto empresarial. Sin ellos, la empresa verá cómo el talento se escapa y la mediocridad se asienta en sus estructuras:
- ➡️Oportunidades para aprender y crecer profesionalmente.
- ➡️Un propósito claro y valores sólidos que definan el impacto que la empresa quiere generar.
- ➡️Autogestión. Autonomía y capacidad para tomar decisiones.
Gary Hammel en su libro “Humanocracia» describe la pirámide de las capacidades humanas en el trabajo, y la divide en dos categorías principales: las capacidades esenciales pero que no crean gran valor y las que generan valor sostenible.
En la base se encuentra la obediencia, que aporta el menor valor, seguida de la diligencia y el conocimiento, que, aunque son importantes, no contribuyen significativamente a la creación de valor. En la economía actual, son las capacidades situadas en la cima las que crean la mayor parte del valor: iniciativa, creatividad y audacia. Y ahí está el quid de la cuestión. Estas capacidades son dones que no se pueden exigir. No le puedes decir a alguien que sea apasionado en su trabajo. O sí se lo puedes pedir, pero si no vive el proyecto, ni no está comprometido, difícil será que lo haga.
Por tanto, es necesario crear las condiciones que hagan que las personas quieran desplegar su motivación y sus dones. Ambientes de trabajo y modelos organizativos que inspiren a las personas a una contribución excepcional. Se trata de ascender en la pirámide, de crear flujos de pasión que avancen desde la mera obediencia hacia la iniciativa, creatividad y audacia.
Sin ese talento, sin esos flujos de pasión, la empresa pierde la capacidad de impulsar lo que realmente importa para mantener una ventaja competitiva sostenible. Es decir, es incapaz de sostener un concepto de negocio único que genere un valor superior para clientes y grupos de interés. Para lograrlo, es fundamental contar con cinco pilares estratégicos:
1️⃣ Visión estratégica, con el propósito y los valores en el centro. Compartir las prioridades estratégicas genera alineamiento, enfoque y capacidad de acción. Propósito y valores sólidos, integrados en toda la organización y liderados con el ejemplo, permiten a las personas entender el “para qué” y comprometerse, conectando con su propio propósito
“El alineamiento es la condición necesaria para que la potencia del individuo
infunda potencia al equipo. Cuando hay poco alineamiento, la potencia del
individuo agrava el caos y dificulta el manejo del equipo«
— Peter Senge – “La quinta disciplina”
2️⃣ Autogestión y agilidad organizativa. El consejo debe preguntarse:
¿Tenemos la estructura organizativa adecuada para impulsar el nivel de autogestión, compromiso y velocidad que deseamos?
¿Estamos organizados para innovar, colaborar, decidir y adaptarnos como para ofrecer lo mejor para los clientes y el negocio?
Solo con la autogestión de personas talentosas, motivadas y formadas, que entienden y viven las decisiones estratégicas, se puede garantizar agilidad en la toma de decisiones, resolución de problemas y atención al cliente
3️⃣ Innovación y aprendizaje continuo. La innovación no es opcional, es una necesidad estratégica. En un entorno de cambios exponenciales, las empresas que no innovan están condenadas a desaparecer. La innovación es un componente esencial de la estrategia que quiere mantenerse relevante en el tiempo. Porque en un mundo hiperconectado, los productos y estrategias de éxito se copian al instante. La innovación es más que creatividad y tecnología. Se trata de poner en acción nuevas ideas y soluciones que resuelvan problemas y creen valor para el cliente. Por otro lado, sin aprendizaje continuo las empresas se estancan.
“La única ventaja competitiva sostenible es la capacidad de aprender más rápido que la competencia«
—Willie Petersen
4️⃣ Adaptabilidad. A medida que el cambio se acelera, las empresas que prosperan son aquellas que estimulan el cambio proactivo. Aquellas que son capaces de cuestionarse sus creencias arraigadas que hacen de freno, restan agilidad e impiden transformarse. Son modelos mentales que se han desarrollado durante años en base a la experiencia y a las reflexiones entorno a la misma. Y es en general la dirección quien sostiene con más fuerza esas creencias. Es la dirección quien tiene más vinculación emocional con el pasado y quien, por tanto, alimenta esas creencias que en muchos casos han dejado de ser útiles y limitan a la organización. Se necesitan equipos talentosos, activistas valientes, dispuestos a cuestionarse el status quo y a construir sobre nuevas perspectivas.
5️⃣ Efectividad y eficiencia operativa. Contar con el mejor producto, una organización sólida y una orientación al cliente no es suficiente si no logramos entregar productos o servicios con la calidad, el coste y el plazo óptimos. De lo contrario, no estaremos aportando el valor adecuado al cliente ni obteniendo los resultados necesarios para la empresa. La optimización constante y la mejora continua de los procesos son fundamentales para mantener la competitividad y ofrecer un valor diferencial.
En conclusión, el consejo de administración desempeña un rol crucial en la construcción de organizaciones con alta densidad de talento, guiadas por una visión estratégica clara y un liderazgo firme. No se trata solo de supervisar o gestionar, sino de crear las condiciones que permitan a las personas desplegar su máximo potencial, ascendiendo en la pirámide de capacidades humanas hacia la creatividad, la iniciativa y la audacia. Para enfrentar los desafíos actuales y futuros, las empresas deben atraer, desarrollar y retener al mejor talento, garantizando un entorno de trabajo que inspire compromiso, innovación y autonomía. Solo así podrán mantenerse competitivas y asegurar un modelo de negocio sostenible que genere valor tanto para clientes como para grupos de interés.
¿El liderazgo y la cultura que emanan de tu consejo potencian la atracción y fidelización del talento?
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Foto de inicio: Tetiana Grypachevska en Unsplash